Con gran alegría, hemos acompañado a Lizet y Yobel el día de su boda. Esta pareja se ha ido preparando intensamente desde meses anteriores, pues el deseo del matrimonio se lo habían planteado desde hacía tres años, pero, por razones familiares se había suspendido.

A inicios de este año, cuando se inició la catequesis en “Boca de Sapo”, volvió a florecer su deseo; por lo que, inscribieron a su hijo para la primera comunión y ellos, aprovechando la ocasión, se inscribieron para la preparación del sacramento del matrimonio.

Pues bien, faltando una semana para la boda murió, repentinamente, el papá de la novia de cirrosis en la provincia de Acomayo- Cusco, por lo que tuvieron que suspender todo otra vez y fueron al funeral llevando con ellos a su niña pequeña, el hijo mayor se quedó con sus abuelos paternos.

Gracias a Dios, superaron esta dura prueba con fe y fortaleza, pues aseguran que todo lo que aprendieron en las catequesis prematrimoniales les ayudó en los momentos de mayor dolor.

Después de tres semanas de duelo retomaron los preparativos para la boda, por encima de todos los obstáculos que ponían los familiares, pues decían que no era bueno casarse en mitad del duelo, que por lo menos esperaran un mes. La novia enfrentó con valentía todo obstáculo respondiendo que haría más feliz a su papá y que lo ayudaría mejor estando en gracia de Dios, pues ofrecería la Santa Misa y comulgaría por el eterno descanso de su alma. 

Vencidos los obstáculos la boda se celebró felizmente.

Demos gracias a Dios.