“Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia” (sal 107)
“El Señor me guardó como a las niñas de sus ojos” (prov. 17, 8)
Pienso que el Señor se valió de tres acontecimientos, para mostrarme el proyecto que Él había preparado para mi desde toda la eternidad.
“Quería ser médico de cuerpos, pero el Señor me cambió la vida y me invitó a ser médico de almas, para llevar su Palabra de sanación hasta los confines de la tierra”
Me pongo a pensar que aún existen muchos pueblos que no conocen a Dios y se necesitan misioneros que lleven su palabra.
Pienso que, desde muy pequeño, más o menos a los 6 años, sentí la Llamada de seguir a Jesús para siempre.
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