Compartir

Un nuevo hogar, adopción de uno de nuestros niños

Marzo 2, 2021

Hace algún tiempo tuvimos la grata visita en la Ciudad de los Muchachos de los futuros padres del niño Isaías Lope Afaraya, niño interno de nuestro Hogar “san Tarsicio”.

Ellos se presentaron como voluntarios, ya que a pedido de la oficina de Adopciones, ellos todavía no debían de identificarse como los futuros padres de Isaías, por un tema de procedimiento administrativo-legal.

Ellos, organizaron aquella mañana, una serie de juegos que los niños de nuestro hogar, lo disfrutaron mucho. Mientras se realizaban los juegos, los futuros padres de Isaías, iban interactuando con el niño - miradas, sonrisas, bromas, palabras-, para ir creando más que una complicidad, un vínculo con el niño.

Gracias a Dios, Jorge y Virginia -los nombres de los futuros padres de Isaías- y su hijo Jorgito-el futuro hermano de Isaías- quedaron muy contentos con el encuentro.

Al final de los juegos, pasamos al comedor para tomar un pequeño refrigerio. El ambiente se volvió festivo e Isaías se mostraba muy contento. ¿Presentiría algo especial el niño?

Hace algunos meses atrás les habíamos hablado de este niño, de Isaías, comentándoles que él se había quedado muy emocionado por la adopción de uno de sus compañeros del internado, a mitad del mes del año pasado., expresando su sentir con esta frase: “algún día yo también quiero vivir, algo parecido…”

Pues bien, queridos amigos: Dios ha escuchado vuestras oraciones y MUCHAS GRACIAS, por ello.

Ya han pasado solo algunas semanas desde que Jorge y Virginia volvieron a reencontrarse con Isaías, pero no solo para interactuar con el niño sino para finiquitar el proceso de la adopción y poderse llevar a Isaías a su nuevo hogar con la nueva familia que el niño tanto deseaba.

El día en que Isaías, por la gracia de Dios empezaba una nueva vida de la mano de sus nuevos padres, fue un día muy emotivo y particular con una merienda muy especial y una muy amena charla con la nueva familia de Isaías, al terminar, uno por uno, amigos, hermanos y sacerdotes, nos despedimos de Isaías, una despedida cargada de emoción en la que nos alegrábamos con y por nuestro pequeño Isaías.

Dios guarde a nuestro pequeño en esta nueva vida que ahora empieza.